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  • Foto del escritorG.G Melies

Bran Stark el memorioso.

Actualizado: 29 sept 2021

Creo que era el escritor Andy Weir (El marciano), quien acusaba en tono de broma a George R.R. Martin de haber traicionado la causa de la Ciencia Ficción pasándose al bando contrario, el de la fantasía épica irracional. Bien… tan mal no le fue, pero más allá de los derechos albedríticos personales (nótese que inventé una palabra) de cada escritor, creo que vi un vestigio de que la ciencia ficción aún corre con pasión por sus venas.

Como todo fanático de este género siempre llevaré en mi corazón los cuentos de “Crónicas marcianas” de Ray Bradbury. Ese libro es una parada obligada a los amantes de este tipo de historias, y es imposible pensar que alguien que se declare escritor de ciencia ficción como lo ha sido en sus comienzos George Martin no lo haya leído. Cuando a principios de la década del ’70 George ganaba premios Nébula y Hugo con sus cuentos, “Crónicas marcianas” llevaba ya veinte años de escrito (1950) y para el año 1955 otro escritor de ciencia ficción que incluso hoy día nadie reconoce como tal debido a que no se ven naves, ni robots, o planetas en las portadas de sus libros, escribía el prólogo para la edición en español. Jorge Luis Borges escribía para la editorial Minotauro en Buenos Aires su elevado discurso para el pobre lector mortal no acostumbrado a la erudición, en apoyo y defensa del trabajo de Ray.

Pocos reconocen en Borges un escritor de Ciencia Ficción hecho y derecho. La mayoría ni siquiera sabe que nunca escribió una novela, ya que la fama proviene de sus cuentos extremadamente elevados y sus poesías. Cuando alguna vez se le preguntó por qué no escribía novelas respondió “Porque soy muy vago”, lo cual pienso que se burlaba de la pregunta estúpida, ya que, al estar ciego, no imagino una manera de escribir una novela en ese estado. Repasar una y otra vez 200 o 300 páginas de una historia sumido en ceguera debía ser un trabajo abrumador, no así un cuento que incluso puede llegar a memorizarse, en su caso hasta la excelencia.

Por supuesto que el prólogo de Borges sorprendió al mismo Bradbury, quien alguna vez dijo que no supo entender bien quién había escrito ese prólogo hasta un tiempo después. En ese caso ya entrados en los ’70 debemos suponer que George sabía bien quién era Borges, que había escrito un prólogo a Bradbury y que escribía ciencia ficción entendiendo de física cuántica (El jardín de los senderos que se bifurcan) en las décadas del ‘40 y ‘50.

Tal vez mi relación de hechos sea un poco tirada de los pelos, soy escritor de ciencia ficción compréndame, pero una relación es demasiado fuerte como para pasarla por alto como casualidad. El cuento de Borges “Funes el memorioso” publicado en el libro de cuentos “Ficciones” de 1944, trata la historia de un muchacho al que le gusta trepar y correr por las cornisas, hasta que un día cae, queda tullido, y postrado solo en lo más oscuro de una habitación. Luego de ese golpe comienza a experimentar lo que se llama “Síndrome del sabio” que es un síntoma de la “Hipermnesia” la capacidad de no poder dormir y por ello recordarlo todo. Según se dice la primera etapa del sueño es depuradora de información y evita que nos saturemos de datos innecesarios, solo queda lo importante, al no poder dormir, Ireneo Funes puede recordarlo todo.

Como argentino me cuesta decirlo debido a que temo que pensarán “A este tipo le pegó el patriotismo” por los escritores de su país, pero debo reconocer que los cuentos de Borges llegaron tarde a mi vida, confieso con dolor que no los leí en mi juventud, y ahora a mis 48 años me resulta difícil encontrar cuentos de ese nivel. He leído cuentos de los más grandes escritores, pero no logro encontrar la belleza de las palabras de su gramática, como tampoco nada me produce la sorpresa, el giro del final de un cuento de Borges, con sus múltiples referencias que obligan al lector a interiorizarse de lo que habla. Como Bran (El cuervo de tres ojos) Borges es alguien vulnerable sentado en un rincón y un erudito en conocimiento y sapiencia.

Es imposible no hacer un paralelismo entre Ireneo Funes y Bran Stark, la única diferencia que veo es que, si bien Ireneo no podía dormir, Bran dormía unas buenas y súbitas siestas. Pero… podemos decir que Bran no dormía del otro lado. Veo en el personaje de GOT que se quedó con todo el poder, un tributo a Borges (acaso Bran no se quedaba con los ojos ciegos y en blanco) y por todo esto tal vez entienda, al menos yo, que por las venas de George aún corre la sangre de la ciencia ficción.


“Más recuerdos tengo yo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo” Ireneo Funes.


Del cuento “Funes el memorioso”

G.G. Melies.

20 de agosto de 2020.

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