top of page
Buscar
  • Foto del escritorG.G Melies

Escribe, Defráudate, Repite… o el maldito e innecesario balance de fin de año.

Actualizado: 25 may 2021

Mientras veía la explosión del aterrizaje del primer prototipo de la Starship de Musk, y luego oír los comentarios sobre que era de suponer, que era un vuelo principalmente para tomar mediciones mientras esperan el segundo prototipo que ya estaba encargado, me vino a la mente eso que me enseñaran mis profesores sobre la “repetición del experimento”. Un término arraigado desde mi adolescencia y que hoy me hace vanagloriarme de mis viejos maestros, debido a que lo veo inexistente en el vox populi de gran parte de la sociedad que desconfía de una simple vacuna o medicamento, sin entender que en la ciencia se debe repetir una y otra vez hasta que dé resultados pretendidos. Ningún enunciado o fórmula puede proclamarse absoluta sin la estadística aceptable como resultado de la repetición del experimento. En el caso de SpaceX es “Vuela, explota, repite”. El éxito y el fracaso yendo de la mano.


Pero de lo que pretendo hablar no es del balance maldito e innecesario de la comparación de logros de la vida de Musk en contraposición con la mía, debido a que ambos tenemos la misma edad (¡¿Qué carajos hice con mi vida?!) sino de uno para simples mortales sobre la realidad diaria que realizamos. ¿Envidia? ¡Nooo, solo autoestima baja!


Las horas y horas mirando fijo como idiota una cuadrícula blanca de Word, imaginando mundos, tiempos, personajes, diálogos y filosofía de pensamientos deberían dar frutos. ¿Cuáles? Ventas, descargas, valoraciones y todo traducirse en dinero. No empecé a escribir por el vil cash, y en este punto puedo decir que llegué a la meta de al menos ser leído por un puñado, que alineé nuevamente mis patitos mentales desperdigados y que algo de dinero mensual me salvan el día 30 y 31. Año a año uno intenta empujar los límites “-A ver si este libro gusta más, si este año vende mejor o si al menos puedo cubrir los días 28, 29, 30, y 31 luego de escribir como hurón cafeinómano durante ocho años.” ¡Forbes, aquí voy!


Mientras me pregunto si debería dejar de escribir escribiendo esto, todo por culpa de esa declaración infame que nos arraigaron de pequeños “El tiempo es dinero”, o esa otra, “La vida es corta” y bla, bla, bla… me viene una vez más a la cabeza una cita de Thoreau “NECESIDAD DIARIA NO ES DESTINO” ¡Pum! Garrotazo en la cabeza y a la bolsa. Correr toda la vida la coneja pensando en pagar deudas, alimentos, mantenimiento de lo que sea, nos distrae de lo que realmente queremos hacer, a veces sin al menos lograr discernirlo o intentarlo. Pero… ¿Cuál es mi destino?


Mi hijo mayor camina Europa boyando de país en país con su mochila al hombro con la idea de conocer el mundo, como muchos de su generación busca sentir ese concepto de ser ciudadano del planeta. A su edad ya era padre de dos y buscaba forjar empresa, ahorrar para el futuro, tener una casa y la vaca atada. Él quiere ver con sus ojos el mundo, conocer gente de otras culturas y es posible que no vuelva más a la Argentina… Comprenderán que para estas fechas, de por sí difíciles, sufrimos junto a mi esposa síndrome del nido medio vacío, y que estoy comprometido psicológicamente para el resto de estas palabras.


Cada generación, cada individuo es distinto, somos iguales basándonos en las necesidades no el pensamiento, y en mi caso a esta altura de mi vida soy muy distinto debido a que comprendí que no me llevaré nada y que todo lo que haga puede ser en vano. No me llevaré la casa, auto, dinero, muebles, nacionalidad, ideologías, mascotas, las maravillas que vean mis ojos durante un viaje, todo lo aprendido, lo trabajado, el éxito o el fracaso… Por lo tanto, no se trata de llevarse como faraón, se trata de dejar. Y no hablo de la vanidad de ser recordado, hablo de dejar una ayudita como compromiso social para los que quedan.

Para dejar se necesita una causa. La causa detrás del escritor debería ser una mejora a la sociedad, un aporte. ¡Ufff, vara alta de saltar!


Más allá de alguna obra que escribo por distensión o necesidad diaria… En mis novelas gruesas y pesadas las historias sobre polarización social, sobre cerrar las divisiones sociales o apercibir sobre el modo en que nos manipulan para arrearnos como corderos hacia un bando político-religioso-social son lo mío. Digamos… tratar de cerrar la división social que necesita forjar todo hambriento de enquistamiento en el poder puede ser mi destino propio, ese del que hablaba Thoreau. Allí estaba, subyacente.


Una causa, es una obra de vida que hace que mirar una cuadrícula blanca de Word por magras ganancias pueda valer la pena. Que un libro tome vuelo. Sería raro que logre con mis desvaríos una mejora social, pero al menos debo tratar que un par se den cuenta cuando son víctimas de un meme, video viral o nota periodística manipuladora. Uno debe intentarlo tratando de mejorar en cada historia. Aunque me exploten muchos cohetes… Escribiré, me defraudaré, y repetiré.


Feliz navidad y prósperas ventas nuevas para este 2021… gente linda del movimiento de escritores autopublicados.


59 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page