–Juro que, si tengo que ver otra vez a Jude Law haciendo del hombre servilleta, o al papafrita del Sr. Darcy venir caminando ante la cara de nada de Keira Knightley… me levanto con el frío que hace, arranco el módem y lo tiro a la pileta.
–Pero si a los cinco minutos estás a los ronquidos olímpicos –dijo ella un tanto ofuscada.
–También… como para no… –contestó él mostrando lo evidente.
–Voy a poner una de las mías y punto. Dormite –hizo valer sus derechos ante el machismo imperante.
–Yo quería ver Interestellar –dijo él haciendo puchero, apelando con bajeza a la lástima.
–Pero si la viste la semana pasada… y además dura como tres horas y media.
– ¿Y Blade runner?
– ¡¿Cuántas veces vas a verla?! Esa la viste hace dos días.
–Es que, otra vez llueve… Me relaja ver Blade runner cuando llueve de noche. Es tradición, mi zona de confort, mi vientre materno... me da paz.
– ¡Mamengo! No vamos a ver una de las tuyas. Voy a poner una de las mías y punto –remató ella como buena hembra alfa, y enseguida marcó una película para que empiece.
–Nooo… ¿Qué fue esa aberración que pusiste? ¿Otra vez Oliver Twist?
–Mujercitas. Y date vuelta que me roncás y soplás encima cuando dormís. Apuntá hacia afuera de la cama que hace frío y quiero poder escuchar.
–Nooooo… Ya te digo, voy a tener pesadillas con flores, encajes, cortejos de señoritos ingleses y lo que es peor, voy a despertar cantando villancicos… ¡Ya lalala lala la, la…! –él, como buen macho omega finalmente cedió, se dio vuelta y se tapó la cabeza con triple acolchado. Se vengaría a ronquidos salvajes cargados de apneas hasta dejar sus ojos rojos por hipoxia.
Al final con mi esposa convergemos en una película bélica histórica. Las bélicas tienen acción y algo de romance o temática social. “Imperio del sol” cierra la brecha de género y nos lleva al entendimiento matrimonial, es “Una de las nuestras”. Pero saliendo un poco de la comedia diaria la pregunta es ¿Por qué somos tan distintos en los gustos? Existen películas para mujeres y existen películas para varones… Y como todo film está inspirado en un libro o guion escrito, debemos afirmar que existe literatura para ambos géneros. La literatura nos segrega. ¡No estoy de acuerdo! Dirá Usted, pero si me deja exponer el punto entenderá el porqué de lo que digo.
Somos libres, y la literatura es libertad extrema para ejercer nuestra pasión. Podemos decidir a gusto y piaccere lo que se nos cruce por la cabeza, podemos soñar con mundos nuevos, sean mundos pasados, futuros o distópicos. Podemos ubicarnos en cualquier escenario imposible con los personajes más entrañables, descabellados o polémicos que podamos imaginar, para hacerlos interactuar en diálogos fantásticos, alocados o racionales. A diferencia de la vida real, la literatura de ficción nos otorga a los escritores libre albedrío total al alcance de los dedos en el teclado, pero al fin y al cabo… las mujeres prefieren escribir romance y fantasía, y los varones ciencia ficción y policiales.
Bueeeeno… No se enoje. Hablo estadísticamente. Por supuesto que existen grandes escritoras mujeres de ciencia ficción y varones escritores de romance. Pero en ciencia ficción hoy día es difícil encontrar afamadas nuevas Marys Shelley, o en romance prominentes nuevos Gerards de Nerval.
¡Ya! Sin buscar en Internet... ¡Diga rápido diez nombres de escritoras famosas de hard Sci Fi! .... ¡y ahora diez de escritores famosos de Romance!
Si bien, seguro si rebuscamos encontraremos muchos escritores en géneros contrarios a lo que digo, la tendencia por lo general es hacia el encasillamiento. En el caso de los géneros Misterio u Horror, es distinto, pareciera cerrarse una brecha y aunar espíritus literarios mixtos. Esto es algo que como escritor analizo, ya que, si quiero vender a la mayoría, una literatura unisex es mejor que una encasillada que me resta la mitad de los posibles lectores.
Incluso si encontramos escritores intercambiados de género la literatura sigue siendo distinta. Por lo general la mujer es más social, le gusta el enfoque de la interacción entre personajes donde un ademán o un gesto dice mucho de la historia subyacente… En cambio, el varón es más técnico, le gusta explicar la tecnología o cómo funciona una teoría como una necesidad de una buena novela de hard Sci Fi. Sería raro ver que una escritora decida por propia voluntad y gusto escribir un libro como “El marciano” de tanto rigor técnico que a veces aburre (igualmente admirable y envidiable) o ver a un hombre tener el entendimiento en modos, bailes y vestidos victorianos sumados a la suficiente sensibilidad social como para escribir “Orgullo y prejuicio” (Sí… somos unos bestias) Al ver una película el varón dirá una sentencia como, “–Claro, el carguero espacial explotó sin llamas porque en el espacio no hay oxígeno” en cambio la mujer dirá “– ¿No te das cuenta? En realidad, ella sigue amando a su padre a pesar de que él la forzó a casarse. No le guarda resentimiento.” Miradas distintas.
Tal vez podríamos escalar este tonto análisis viendo las estadísticas de mujeres que se anotan en la Facultad de Psicología y de varones en Robótica. ¿Cuál género es mayoría de individuos en dónde? Pero lo que a mí me interesa no es escalar en el tiempo sino analizar yendo hacia atrás. ¡Muy atrás! Lo máximo posible. Imagino a un varón primitivo arrojando rocas a la cabeza de un pobre mamut en un foso, y a una mujer embarazada de nueve meses o con niños pequeños al resguardo en una cueva o campamento/comunidad. ¿Sería allí que se consolidaron las tendencias? El varón desarrollando técnicas de caza mayor y menor, y la mujer desarrollando interacción social comunitaria con niños y posiblemente enfermos o ancianos en la aldea. ¿Será que nuestros gustos literarios son evolución subliminal de este pasado remoto?
Comencé este planteo debido a un corto informe que vi en el que se hacía referencia a la muñeca más popular del planeta. Mostraba el ejemplo del modelo “Barb… científica” no solo trae un microscopio, trae una percha de ropa y un lavarropas para armar… y todo en rosa. En dicho informe se deja asentado la intención (o la inercia social aquerenciada de intención) de mantenerlas atadas a “cosas de mujeres” de una manera subliminal, en que, desde pequeñas se les enseñe a pensar así. Es típico de un viejo machismo imperante que va muriendo del que se podrían escribir páginas y páginas… Pero no es a lo que voy. Lo que intento tratar de ver es… Si quitando ese machismo, y entregando juguetes didácticos acordes y no tendenciosos a la época actual, si ofreciendo una buena educación igualitaria desde la crianza, tanto a los dos géneros… ¿Seguiríamos eligiendo las mismas películas o literatura? ¿Seguiría una mujer su búsqueda/tendencia de películas victorianas románticas? ¿Dejaría una mujer de ver Mujercitas para en cambio ver 2001 Odisea en el espacio? Esa educación debería funcionar en los dos sentidos… ¿Un varón dejaría de ver ciencia ficción? ¿Cambiaría Blade runner por Orgullo y prejuicio? Es un experimento social donde podríamos ver si predomina el condicionamiento social machista o los genes ancestrales… o las dos cosas unidas. Tal vez lo segundo amplifique tristemente lo primero.
Quizás el hombre busque en la literatura su técnico pragmático inherente y la mujer su apasionada psicóloga poeta innata. Pero no siempre debe funcionar así para cada uno; algunas podrían ver técnicas en una historia de romance y otros podríamos encontrar poesía en la ciencia ficción, o simplemente esté delirando a estas horas de la noche y… Todas estas tontas palabras mías se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Hora de dormir.
G.G. Melies.
"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Hora de morir."
Personaje Roy Batty interpretado por Rutger Hauer (Final de Blade runner)